lunes, 29 de marzo de 2010

La nueva teoría del lunes

Hace un par de años, los lunes me causaban tal ansiedad, que hasta los domingos en la noche se contagiaban de mal gusto. A partir de las 6 de la tarde de un domingo cualquiera, automáticamente dejaba de disfrutar. Hoy, eso ha quedado atrás. Amo los lunes y los domingos en la noche, han dejado de ser “los enemigos” y han regresado a ser parte del fin de semana.

La receta mágica es, como siempre “tomártelo con calma”. Gracias a la flexiseguridad, comienzo a trabajar después del medio día. Sé que es un “privilegio” y uno no siempre puede escoger, pero esta reflexión es para los Jefes, para los que pueden tomar decisiones y apostar por un equipo más productivo, motivado y “agradecido”.

¿Pueden imaginar como un pequeño cambio puede tener tal impacto en la calidad de vida de una persona? Lo ha tenido en la mía y como éste, hay mil ejemplos, mil lunes y tantos casos como empleados haya en una organización. No se trata de estandarizar, se trata de personalizar. Pequeñas negociaciones pueden tener un impacto invalorable y ser beneficiosas para ambos.

Pese a que ahora amo los lunes, no puedo ocultar que los viernes siguen siendo mis días favoritos, pero ese es un tema que ya les contaré luego.

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