
La receta mágica es, como siempre “tomártelo con calma”. Gracias a la flexiseguridad, comienzo a trabajar después del medio día. Sé que es un “privilegio” y uno no siempre puede escoger, pero esta reflexión es para los Jefes, para los que pueden tomar decisiones y apostar por un equipo más productivo, motivado y “agradecido”.
¿Pueden imaginar como un pequeño cambio puede tener tal impacto en la calidad de vida de una persona? Lo ha tenido en la mía y como éste, hay mil ejemplos, mil lunes y tantos casos como empleados haya en una organización. No se trata de estandarizar, se trata de personalizar. Pequeñas negociaciones pueden tener un impacto invalorable y ser beneficiosas para ambos.
Pese a que ahora amo los lunes, no puedo ocultar que los viernes siguen siendo mis días favoritos, pero ese es un tema que ya les contaré luego.
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